Han pasado dos dias desde que te vi por ultima vez, y se que nuestro encuentro no fue de lo mejor; pasaron muchas cosas de las que no me puedo arrepentir.
Pero tu despedida me ha dejado un sociego, un vacio, una incertidumbre adentro de que no puedo entender. No entiendo Por Que tus llamadas no logran calmarme, siento que algo muy malo pasa entre los dos, y eso no me gusta.
Depronto, por encontrar esa calma que mi ser me pide a gritos, ya que ni me cuerpo me responde correctamente, te busco, pero lo unico que encuentro, es un estremecimiento que llega hasta lo mas profundo.
Siento que lo que mas he protegido y guardado esta ahora roto. Busco algun pegamente lo suficientemete eficaz y bueno, que me permita pegar lo que se rompio dentro de mi. Siento que los pedazos rotos se entierran en mi mente y en mi torax; no puedo dormir y deseo que las horas pasen, para quitarme el sentimiento que tenia antes, que ahora es mucho mas fuerte.
Ya se tenia todo pensado, escrito y hasta dicho; pero lo que tu querias de mi, asi tu no lo vieras, ya estaba ahi. Todo fue muy raro y aunque no quiciera, el duende llego a recoger lo que el siempre ha estado esperando de mi.
Todo era incierto, pero mientras el tiempo iba transcurriendo y de la boca de los dos iban saliendo palabras de dolor y de... cariño, dentro de mi se formaba una fuerza y un cambio inexplicable.
Fue eso, que recorrio todo mi cuerpo y salio transformado en palabras, que hicieron que tu te acercaras a mi como lo habias deseado, desde que una noche habia vuelto a palpitar tu corazon.