Caminado por esta brillante ciudad, y no digo brillante por lo magistral que puede ser Cali, sino lo que lo digo por el sol que me acompaña al medio día, en días como hoy; me doy cuenta que muchos puntos donde mi mirada se fija, son cosa, lugares que me traen recuerdos, esos recuerdos buenos, mal pensantes, chistosos, personajes, noches, en fin son un montón de recuerdos en un cerebro que no tiene memoria.
Me muero del calor, pero sé que la situación no está para que me gaste un bus que no me llevara a ningún lado; mis pies se me derriten y el jean que adoro se me pega como chicle y mi mano se me resbala de la otra que la coge pero no la deja deslizar .Pero mi mirada se desvía al a los múltiples colores que artistas y no artistas han pintado en la pared que va desde la calla quinta a la diez y me hace recordar una ropa que no encontré la mama de una amiga que quería ser pintora y el susto que me da pasar por ahí.
Bajando por toda la quinta, y mirando la única sombra dada por un puente en donde casi me roban y que gracias a Dios no me cogieron a mi si no a mis amigos y que yo salí corriendo dejándolos solos a su destino.
Más abajo las múltiples veces que me baje en la loma a esperar y mirando las escaleras me veo yo misma esperando a aquellos que fijaban la hora pero siempre llegaban tarde. Se les agradece porque por culpa de ellos prefiero llegar tarde que esperar claro esta si no tengo algo para leer.
Me subo por el puente del club Noel y me acurdo cuando leí que aun personaje no le gustaban los puentes que le daba vértigo y me rio mientras lo paso para no acordarme que ese puente se mueve y que de pronto sea yo la de malas y me caiga con él.
Cada vez que paso por la sexta me acuerdo de dos cosas en especial un bar una discoteca a la que fui y a la que no y me dio oportunidad de conocer el amor El personaje ya borroso acostado en una pared que desemboca a la quinta y la vez que pensé que el pintor era muy loco para pintarlo a las 12 y con el tráfico en furor.
Pero eso solo me pasa cuando voy cogida de la mano, el silencio producido por el calor, y mis pies están puestos y no puestos en esta tierra del sol. Tengo que admitirlo mi mente no se está quieta es pura imaginación retazos y expresión aunque muchas veces las palabras no salgan de ella convertidas en verbos y oraciones, sino en simples miradas llenitas de todo lo que soy.